La senda que conduce al viñedo

¡Venga ese vino a mi copa, 
acercad las vuestras aquí en racimo!
Donde hubo rosas, una copa fina;
caricia sea lo que fue espino. 
Lo que viene vendrá, 
glorioso o siniestro… 
Lo aceptaré de buen grado, 
estoy dispuesto. 
En su justa medida
llenamos los vasos,
hasta que el sol caliente
uvas y guijarros. 
 Hay congoja y duelo
-pero mayor es el consuelo-;
seguiremos adelante
con los pies en el suelo.
Traed las flores, 
recordad sus nombres: 
sean lianas los rayos de sol 
que nos guían sin temblor. 
Bendecimos igualmente, 
lluvia, sol y paisaje nevado;
lo que viene vendrá,
lo aceptaremos de buen grado. 
Siempre adelante
solos o en compañía; 
los solitarios hacen piña,
la uva el vino inspira. 
Si el amigo ha partido
nos precederá en el camino:  
acompañadle en el sendero 
que conduce al viñedo.

Berriro asma nazazu (Autoedición, 2020)