Lesbos
Nadie es isla,
nadie está aislado,
quizá, en todo caso,
somos archipiélago...
Si hombres y mujeres
se dirigen hacia la orilla
no es convertirse en isla
lo que los inspira.
Aunque exhaustos
por la crudeza del camino,
difícilmente concilian el sueño;
no puede llamársele “viaje”
si están a merced de su sino.
El niño siempre niño
y la piedra siempre duele,
mamando amarga leche
buscan quien les consuele.
Coordenadas bélicas
acotan el frente, caen bombas;
con la cuerda de la linde
ellos juegan a la comba.
Cuerda y horca,
vómito y temblores,
puños en alto;
calambres y dolores.
Un nudo en sus entrañas,
estómagos con telarañas,
¿de que sea esto indigerible
de veras te extrañas?
Los ojos los tienen intactos,
verdeazulados o marrones,
amoratados como el mar,
nos regalan sus canciones.
En la isla de Lesbos
se recrudece el destino,
otra vuelta de tuerca
tras el alambre de espino.
Itzulika (Batera ekoizpenak, 2017)