La caballería emocional

Si la calle es el hipódromo más silencioso, 
¿a quién pertenece esta brida sin jinete? 
¿A quién hemos de enfrentarnos y a qué 
lucha deberíamos renunciar? 

¡No mires atrás y salta la valla!

Un latigazo nunca viene mal: 
el ser humano 
es un caballo emocional. 

A falta de yeguas, ¿quizá una caravana? 
¿A quién diablos llevamos en esta diligencia? 
Me clavaron las herraduras y con ellas mi destino. 

Un latigazo nunca viene mal: 
el ser humano 
es un caballo emocional. 

Al acabar el día, como en trance, 
te atarán —prometiéndote el paraíso—
al jardín de las dulces torturas: 
de caballo conservas el nombre,
pero trabajas como una mula.

Un latigazo nunca viene mal: 
el ser humano 
es un caballo emocional. 

Ahora recoge tu premio: 
un palmo de pienso 
(luego existo…) 

Un latigazo nunca viene mal: 
el ser humano 
es un caballo emocional. 

Tu furia se deshizo 
en un bocado de azúcar. 

Un latigazo nunca viene mal: 
el ser humano 
es un caballo emocional. 

Manipulazio estrategiak (*Zart, 2020)