Noches sin gloria

 
No esperamos ser laureados,  
pero tampoco nos digan a qué
hemos de aferrarnos.
Los mendigos duermen en la calle,
indiferentes al monólogo pétreo de las estatuas:
nuestra fiesta es de carne y hueso,
nada de esperanzas fatuas.
Enterrados hasta el fondo,
–deshonrados en el fondo–,
bien sabe el olvido cuál es nuestro credo.
Si la noche es ciénaga, de nada servirá lo que haga…
Si la noche es tierna, bienvenido sea lo que venga…
Aire puro interrumpe el humo del cigarro;
aspira y suspira, con eso basta y sobra.
Ve en paz, aunque el desgaste de la jornada
nos borre la sonrisa,
y que no falte un gesto de ternura
con el que aliviar la prisa.  
A cada cual lo suyo
–¿tanto pido mientras huyo?–.
Cuánto más fácil:  
para mí lo mío y para ti lo tuyo…
Haz  que la mugre del día se deshaga
entre susurros,
desvístete despacio:
la noche tiene razón
tras todos esos muros.
Despréndete de las palabras,
deshazte de tus garras;
olvida todo ropaje,
y deja que lo que pase entre los dos,
desnudo pase.
Un espejo honesto y  sincero:
el reflejo leal
que de tus ojos espero.
Si la noche es ciénaga, de nada servirá lo que haga…
Si la noche es tierna, bienvenido sea lo que venga…

"Astirtitan" (Bonberenea ekintzak, 2014)
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