El agua que te traigo
Aunque insuficiente,
traigo un palmo de agua
para aliviarte.
El sol esboza
su última línea lánguida
en el horizonte:
tiene el color
de las cartas
cuando arden.
Aunque insuficiente,
te traigo un palmo de agua:
agua lejana
para aliviarte.
Con la garganta seca,
los fósforos mojados
y los ojos fijos
en la carretera,
voy dejando atrás
los aullidos de los coyotes
y el siseo
de las serpientes.
Te traigo un palmo de agua…
¿Será el agua
que precede al páramo?
Cuando no acertamos a descifrar
los mensajes celestes,
los chamanes más sabios
acatan en trance
el imperativo
de las estrellas.
Izurdeen Lekua (*Zart, 2020)