Mikel Urdangarin

El agua que te traigo

Aunque insuficiente, 
traigo un palmo de agua
para aliviarte. 

El sol esboza 
su última línea lánguida
en el horizonte:
tiene el color 
de las cartas 
cuando arden. 

Aunque insuficiente, 
te traigo un palmo de agua: 
agua lejana
para aliviarte. 

Con la garganta seca, 
los fósforos mojados
y los ojos fijos 
en la carretera,
voy dejando atrás 
los aullidos de los coyotes
y el siseo 
de las serpientes. 

Te traigo un palmo de agua… 

¿Será el agua 
que precede al páramo? 
Cuando no acertamos a descifrar 
los mensajes celestes,
los chamanes más sabios
acatan en trance 
el imperativo 
de las estrellas.

Izurdeen Lekua (*Zart, 2020)