¿Es dios un invento para escapar de nuestras responsabilidades? ¿La forma que adoptamos para amortiguar el pánico a la libertad? ¿El modo de no creer en nosotros mismos a fuerza de depositar la fe en otro? ¿La manera de sacar rentabilidad al miedo o, al contrario, una generosa esperanza puesta en el más allá?
A los hechos se contraponen demasiadas veces las interpretaciones de los mismos. ACT OF GOD se sitúa entre ambos, con la ingenuidad y la obstinación de los niños que preguntan el porqué de las cosas.
Allí donde acaba la palabra, solamente nos queda el aullido. Un aullido que se baila.