La estancia de los dementes

La estancia de los dementes 
es en la que mejor se está: 
tiene calefacción central. 

La estancia de los dementes, 
donde mirlos blancos conversan
con pajaritos y pajarracos. 

La estancia de los dementes
alberga a gente voluntariosa y sin suerte 
intentando demostrar quién es el más demente. 

Así es la estancia de los dementes. 

Es lo que tiene esta sala de estar: 
a falta de ajedrez, parchís y damas.  
Es una estancia llena de ventajas: 
nunca te faltará compañía. 

¡Cuántos regalos y juguetes!
Para empezar, una camisa 
con la manga cosida al regazo. 

Aquí están prohibidos los cinturones. 
“¡Córtenle las alas a ese suicida, por favor!”

Jadeos entrecortados, 
hilos de saliva en la barbilla…  
Carcajadas por doquier, sin que las razones 
de las risas estén muy claras. 

“Esta es la dirección correcta, 
aquí no les faltará de nada… 
¡Bienvenidos, bienvenidas, 
pónganse en la cola, pronto 
les atenderemos
en la estancia de los dementes!”. 

Jadeos entrecortados, 
hilos de saliva en la barbilla…  
Carcajadas por doquier, sin que las razones 
de las risas estén muy claras.