¿Te resistes?

¿Aún te resistes? 
Solo una vez, poco a poco, 
paso a paso, gota a gota, 
así apenas se nota… 
Sujeto a los tirantes o al taca-taca, 
como los niños que aprenden 
a caminar: 
entre el negro y el blanco 
siempre hay en la paleta 
un cardenal. 

No te resistas. 
Iremos paulatinamente. 
No romperemos nada. 
Quedarán restos. 
Un ladrón que no roba. 
El verdugo delicado 
que golpea y no deja marca. 

Es inútil. 
No te resistas. 
Solo una cucharada, 
así no vomitarás. 
Es paulatino el desgaste. 
Bébetelo en pequeñas dosis. 
Así, muy bien. 
Agáchate bajo la mesa 
y recoge las migajas: 
¿pueden desmigarse aún más? 

Nos haremos fuertes en esa
unidad mínima vital: 
la última miga de pan.