Todo bien, no tanto
“Todo bien, todo perfecto:
nada me duele,
ni padezco, ni siento”.
Aunque no mentimos del todo,
casi nunca es cierto.
“¿Todo bien, todo perfecto?”
Así miento, cuando miento.
La verdad puede ser
radioactiva,
nada práctica
para superhéroes y divas.
Dice el manual del
buen mentiroso:
“buena memoria,
verbo tramposo”.
“Antes que al cojo
se pilla al mentiroso”.
Aunque el refranero
deje su poso,
más de uno
sale airoso,
mientras la verdad
se desangra
en el fondo de un pozo.
La palabra, arma blanca
para la lisonja,
o afilado puñal
en tu espalda de esponja.
Más que en lo que dices,
reparo en tu tono:
vergüenza y miedo,
lo desvela todo.
Las palabras, a veces,
no expresan nada:
todo lo hurtan,
y todo queda oculto
en la maraña.
La verdad aparente
se escondió en el bosque,
entre sombras es más fácil
mirarle de frente.
Mudos, y silentes,
sin decir nada,
la indolencia perfecta
es retratada.
“¿Qué tal andamos?”
preguntaré mañana:
turbia mi mente,
festiva la mirada.
Tonetti anaiak (Resistencia, 2015)